domingo, 18 de diciembre de 2016

Formación Humana

                        Formación Humana

La formación humana se relaciona con el desarrollo de actitudes y valores que impactan en el crecimiento personal y social del individuo. De esta manera, un sujeto formado desde la dimensión humana, actúa con esquemas valórales, coherentes, propositivos y propios.

Para sentirnos menos solos y aprender a gozar de aquello que la vida nos ofrece, es importante entender como estamos hechos, cómo funcionan los principales mecanismos del ser humano.

                            Tema Tratados

I) La Biblia: La palabra Biblia proviene de las palabras griega y latina que significan “libro”, un nombre muy apropiado, puesto que la Biblia es el Libro para toda la gente de todos los tiempos. Es un libro como no hay otro, único en su clase. Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, 17 para que el hombre de Dios sea enteramente competente [y esté] completamente equipado para toda buena obra.

Aceptación Personal: Es una palabra frecuente, a veces inútil porque, lo acepte o no, lo que es, es. Solemos escuchar: no me acepto, no acepto mi cuerpo, mi carácter, mi edad, mi trabajo… Aceptación con mayúscula es establecer una relación positiva con lo real. Ver lo que es y convivir y crecer con ello. En la vida nos iremos encontrando con etapas que no serán como deseamos, la única solución para que nuestro bienestar emocional no se vea muy alterado, es la de instalar en nuestra vida la aceptación. Aceptar lo que no puedes cambiar es de vital importancia para que puedas seguir adelante y transformar tu vida. Sirve para auto aceptarnos a nosotros mismos, como somos, nuestra forma de ser, de pensar. Si tu no te aceptas como eres, no quieras que otra persona te acepte como tu eres. 

Ley del Amor: Sostenemos que la Ley del Amor de Dios, tal como está expresada en Mateo 22:35-40, debería gobernar cada aspecto de la vida del cristiano y sus interrelaciones. Un experto en la Ley Mosaica puso a prueba a Jesús preguntándole: «Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas». Por lo tanto, creemos que el amor abnegado y desinteresado —el amor de Dios por nuestros semejantes— debiera ser el móvil que anima las acciones del cristiano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario